Nuestras palabras deben agradar a Dios. Está en la Biblia, Salmo 19:14, "Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío".
Las palabras son tan poderosas que muchas veces el silencio es el mejor curso de acción. Está en la Biblia, Proverbios 13:3, "El que guarda su boca guarda su alma; mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad".
Nuestras palabras revelan lo que hay en nuestro corazón. Está en la Biblia, Mateo 12:34, "¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca".
Nuestras palabras son importantes porque representamos a Cristo. Está en la Biblia, Colosenses 4:6, "Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno".
¿Qué debe caracterizar las palabras que hablamos? Está en la Biblia, Efesios 5:4, "Ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracia".
Nuestras palabras pueden ayudar a otros en sus vidas. Está en la Biblia, Proverbios 25:11, "Manzana de oro con figuras de plata es la palabra dicha como conviene".
Uno de los mandamientos prohíbe el mal uso del nombre de Dios. Está en la Biblia, Éxodo 20:7, "No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano".